miércoles, 2 de febrero de 2011

Óscar Gómez nos presenta al tiburón ballena












EL TIBURÓN BALLENA
Rhincodon typus es el más grande de todos los peces que existen en la actualidad en el planeta. Su piel, como la de la mayoría de los tiburones, está cubierta de pequeños dentículos dérmicos que le proporcionan un aspecto áspero. Las partes superiores de este pez son de color gris, pardo o incluso verdoso, y están adornadas con líneas crema que delimitan rectángulos en cuyo centro aparece siempre un ocelo blanco amarillento. El patrón de distribución de estas líneas y puntos es una marca individual, muy útil en el reconocimiento de los ejemplares por parte de los ictiólogos. En el dorso, además, este pez presenta unas estrías o quillas longitudinales que recorren el cuerpo desde la parte posterior de la cabeza hasta la base de la cola, y que parecen estar relacionadas con la estabilidad de su cuerpo durante la natación, ya que dirige perfectamente el flujo de agua sobre el animal. La parte inferior del cuerpo luce un color amarillento o crema.

  La cabeza del tiburón ballena es muy ancha y deprimida. Los ojos son muy pequeños en proporción con el gran cuerpo del animal. La boca, por el contrario, es enorme y está desprovista de dientes; el tiburón la lleva abierta la mayor parte del tiempo, hecho necesario para captar el oxígeno del agua a través de sus hendiduras branquiales, pero que responde también a su estrategia alimentaria. Se trata de un pez micrófago, es decir, que se alimenta de pequeños organismos marinos, entre los que se encuentran desde peces como los boquerones o las sardinas hasta calamares y organismos planctónicos. A diferencia de lo que sucede con el resto de los tiburones, esta especie no ataca a sus presas, sino que se desplaza a escasa velocidad por el agua con la boca abierta y engulle los organismos a medida que penetran en su enorme boca.
 Suele presentar hábitos solitarios, aunque en ocasiones en posible observar grandes grupos de tiburones ballena deambulando conjuntamente. Machos y hembras, que no presentan diferencias morfológicas externas, se reúnen durante la época reproductora, momento en el que llevan a cabo la cópula, puesto que en estos peces la fecundación es interna. La hembra mantiene los huevos fecundados en su interior hasta que los embriones están completamente desarrollados. Tras expulsarlos al mar, la madre no ofrece a los jóvenes ningún tipo de cuidados, por lo que éstos de independizan de inmediato. En el momento de nacer, los tiburones ballena miden cerca de 50 cm, aunque no alcanzan la madurez sexual hasta que no alcanzan los 9 metros de longitud.
UN GRAN DESCONOCIDO
A pesar del gran tamaño y de la espectacularidad del tiburón ballena, muchos aspectos relacionados tanto con su ecología como con su biología siguen siendo un misterio. Se trata de un pez poco abundante, y eso dificulta en gran medida el estudio de sus características vitales. Además, la tendencia de esta especie a mantenerse a cierta profundidad en el océano hace que no resulte fácil divisarla, hecho que tan sólo es posible cuando asciende a la superficie en las zonas donde hay una mayor acumulación de organismos planctónicos.

4 comentarios:

  1. ¡Muy buen trabajo Oscar!
    Me ha gustado mucho y me ha pareecido muy interesante.

    ResponderEliminar
  2. Oscar te tengo que decir que el tiburon ballena ya lo conoce mucha gente

    ResponderEliminar
  3. woo q grande primera vez q lo vqo y en persona me dio miedo verlo

    ResponderEliminar
  4. que pabada estas obsecionado!!!

    ResponderEliminar